El
Ártico, la región más frágil del planeta, se agrieta. Incluso se
puede llegar a partir en dos antes de lo previsto si continúan
imparables los temidos efectos del cambio climático. En septiembre
del año pasado se rebasó el mínimo histórico de hielo en la
banquisa polar, con pérdidas de hasta el 18% que equivalen al doble
de la superficie de España. Datos estremecedores que contrastan con
la tierra más inhóspita y bella de nuestro mundo, desconocida para
casi todos menos para Andoni Canela, fotógrafo y asesor de la
exposición El Ártico se rompe, que hoy estrena el Cosmocaixa de
Barcelona.
La
muestra, dividida en cuatro ámbitos –el clima, la vida extrema, la
huella humana y las luces– inicia un atrevido recorrido a través
del área más al norte del planeta mediante imágenes
y efectos audiovisuales que intentan recrear el ambiente de regiones
como Alaska, Canadá o Groenlandia en
un espacio de 200 metros cuadrados.
El
escenario de la exposición también es importante: se trata de un
recinto que recrea las paredes de hielo que se forman en el Ártico.
Es plegable y se transporta mediante dos camiones, que dentro de diez
días iniciarán un recorrido por diversas capitales españolas. Está
previsto que la muestra itinerante inicie este 2013 un gran tour, que
dure hasta ocho años y pase por más de 100 ciudades.
Las
fotos de Andoni Canela plasman en primera persona las
grietas del cambio climático:
el glaciar de Jakobshavn, en Groenlandia, es el más afectado por el
calentamiento global y el que produce un mayor índice de icebergs,
que navegan a la deriva por el océano hasta derretirse. El grueso
medio del hielo marino es otro de los aspectos que más preocupan: se
ha reducido un 50% en las últimas décadas. Y, lo que es peor: si se
cumplen los pronósticos más negativos, en 2043 podrían desaparecer
las placas de hielo durante el verano.
La
muestra también desvela cómo es la vida en una zona de osos donde
los árboles no crecen, nunca se superan los 10 grados de
temperatura, apenas se ve el sol, viven cuatro millones de personas y
se hablan hasta 15 lenguas. Con qué ropa van vestidos y cómo
construyen sus casas los inuit -esquimales que pueblan esta zona
donde confluyen Alaska, Groenlandia, Siberia, Canadá y Escandinavia–
son sólo algunas de las curiosidades que se pueden descubrir en la
exposición. También porqué las patas de los animales no se
congelan o el verdadero color negro del pelaje del oso polar.
Por
último y como postre para relamerse del buen sabor de boca que pude
llegar a dejar el Ártico, sorprenden unas espectaculares
imágenes de auroras boreales,
ese fenómeno celestial de luces que se produce cuando la masa solar
choca contra el campo electromagnético de la Tierra y se desvía
hacia el Polo Norte y el Polo Sur. Para retratar todos los entresijos
del territorio más misterioso del planeta, Andoni Canela ha
preparado durante dos años la muestra y ha realizado hasta una
docena de viajes con una cámara de fotos y vídeo con la que ha
llegado al fondo de la parte norte de la Tierra.